Las indignaciones de los pueblos oprimidos, explotados y excluidos no para de crecer, expresadas en rebeldías intermitentes y recurrentes a escala internacional
No bien aplacaron temporalmente, con el cambio de Gobernador, la ejemplar rebeldía del pueblo de Puerto Rico, cuando se encendió el Ecuador, sin que se hayan apagado las de Haití y Honduras, que vienen siendo escenario de protestas populares recurrentes, cada vez más radicales en forma y contenido en tanto obligadas a contrarrestar la cada vez más intensa violencia institucionalizada.
En Ecuador desciende temporalmente la temperatura con el pacto que tumba el paquetazo ultra-neoliberal, pero que le perdona la vida presidencial al traidor Lenin Moreno; mientras Chile vuelve a sorprendernos con una formidable rebelión estudiantil-popular que se extiende por todo el territorio de ese hermano país,
En otro extremo, cruzando el Atlántico, arde Barcelona.
Las crisis políticas que erosionan los gobiernos de Macri en Argentina, Jovenal Moises en Haití, Juan Orlando Hernández en Honduras, Moreno en Ecuador, Bolsonaro en Brasil, Sebastián Piñeira en Chile, y lo que le pasó al gobernador colonial Ricky Roselló en Puerto Rico…son señales muy claras de que las contra-reformas y formulas ultra-conservadoras, mafiosas, neofascistas, drásticamente neoliberales y re-colonizadoras impuestas por EEUU en su agresiva fase de decadencia imperial, no logran estabilizarse y más bien generan tendencias a hacia nuevas crisis de gobernabilidad.
Los estallidos políticos-sociales brotan y rebrotan, y no solo en el patio trasero del imperialismo estadounidense, sino también en los demás continentes Europa. Mientras Venezuela bolivariana derrota uno tras otros los intentos de desestabilización imperialista y en Colombia las FARC-EP retoman las armas.
La vulnerabilidad del “progresismo”, cuando renuncia a los cambios estructurales profundo y/o se contamina de corrupción, autoritarismo y vacilaciones en cuanto a la necesaria consolidación de soberanías, ha facilitado nuevos virajes neofascistas, que en el contexto de un capitalismo mundial altamente gansterizado y opresor de identidades nacionales, no tardan en enfrentarse a nuevas indignaciones populares y oleadas liberadoras.
Cataluña vuelve a la carga contra la opresión de Estado español, mientras en las consecutivas protestas latino-caribeñas, la politización no solo se expresa exigiendo la dimisión de presidentes y gobernadores de colonias, sino también atacando la recolonización neoliberal, el desprecio imperial y el racismo cada vez más endurecidos.
Al rechazo al saqueo, o a brutales pretensiones de saqueo de valiosos patrimonios nacionales, se le suma la indignación que genera el odio imperial contra nuestros pueblos originarios y nuestras poblaciones negras, mulatas y mestizas; especialmente abusadas a nivel central y periférico por las potencias occidentales y la lógica perversa de la supremacía blanca o del súper-estado imperial y sus corporaciones.
SENSIBLES INSUFICIENCIAS Y DEFICITS POLÍTICOS.
Igual se retoman propuestas todavía insuficientes, con calados y alcances diversos, de transformaciones estructurales vía procesos constituyentes que posibiliten la creación de nuevas bases constitucionales y nuevas instituciones.
Estamos, pues, frente a un Continente y un mundo convulsionado, cada vez más convulsionado; escenario de nuevas oleadas socio-culturales con tendencia a la politización, sin que todavía se prefigure con claridad el nuevo poder transformador a cargo de sujetos sociales alternativos muy difícil de articular y coherenciar en una ruta anti-sistémica.
Los déficits en materia de unidad, claridad en el rumbo y alternativa, capacidad conductora y articuladora, propuesta revolucionaria aglutinante y globalizante, son todavía muy altos.
Así, el viejo régimen tarda en desaparecer y siembra caos, y lo nuevo no termina de cuajar en la conciencia colectiva indignada, ni en convertirse en organización política o político-social transformadora.
Nueva vez todo esto nos remite a reflexionar sobre las vanguardias a escala nacional e internacional en el marco de un capitalismo que no es el mismo de años atrás y frente a una crisis imperialista y una realidad geoestratégica muy diferente.
Por Narciso Isa Conde
23 de octubre 2019