Yo, como microempresario que ha quebrado y se ha levantado en más de una
ocasión, considero que cada fracaso en los negocios es una oportunidad
para comenzar uno nuevo. Fracasamos en un negocio muchas veces porque no
estamos bien informados, porque no conocemos bien el mercado o porque
tomamos malas decisiones.



Posiblemente una o tal vez todas de estas cosas fue lo que le pasó a Miguel Guzmán Vásquez, el organizador del evento Lucifer Hell Fest, no supo prever que,comercialmente hablando, en este país las empresas no pueden resultar ajena a la religión, porque es un sector muy conservador y sensible.



Una religión que tiene en su seno una minoría de cristianos que llevan sus creencias religiosas hasta el extremo del fanatismo, el odio y la intolerancia. olvidando que la Constitución incorpora el principio de la libertad de conciencia y creencia, que todo ciudadano tiene derecho de practicar el culto religioso de su agrado y el derecho a la reunión.



Para ser sincero me encantó algo de ese joven empresario artístico, es haber reconocido que cometió un error mercadológico en la promoción de su evento y sobre todo, es su valor, su fortaleza y perseverancia en montar otro evento en febrero del próximo año, durante el carnaval. Claro, un nuevo evento sin el polémico nombre que levantó la furia del clero católico, de los pastores evangélicos y pentecostales.



Es loable el pensamiento perseverante de Miguel Guzmán Vásquez, estoy casi convencido que aprendió la lección y gracias a la fama y experiencia adquirida en estos días podrá recuperar su dinero en un futuro no muy lejano, logrando buenas ganancias en los eventos que de ahora en adelante promocione.



Ese podría ser el lado positivo de toda la parafernalia levantada en su contra por promover inocentemente un evento con el nombre alusivo a un personaje religioso caído en desgracia en la cultura popular.



En verdad, no resulta fácil en ocasiones ser perseverante, pero es lo único con lo que a veces contamos para lograr pequeñas o grandes cosas, siempre y cuando como microempresarios tengamos conciencia de haber errado.



Ya lo decía Confucio, “el hombre que ha cometido un error y no lo corrige, comete otro error mayor".



Por David Ramírez

Director de La Zona Oeste

8 de noviembre 2019