Por Brenda Silverio

Santo Domingo Oeste.- En un sombrío día de mayo, la doctora Ingrid Herrera, habló sobre las dificultades de la pandemia por COVID-19 en República Dominicana.

La doctora Herrera, es anestesióloga y especialista en cuidados intensivos que se desempeña como coordinadora del área de cuidados intensivos en el Hospital Regional Doctor Marcelino Vélez Santana, ubicado en el municipio Santo Domingo Oeste.

Ese día, hace dos meses, los casos de COVID-19 volvían a aumentar, lo que limitaba la disponibilidad de camas y ventiladores. Los funcionarios del gobierno dominicano impusieron un toque de queda más estricto y restricciones para reducir la transmisión del virus.

El Hospital Regional Doctor Marcelino Vélez Santana es uno de los varios centros de salud que se han enfocado exclusivamente en la atención de pacientes con COVID-19 desde el inicio de la pandemia.

 La doctora Herrera es una de las superheroínas que trabaja directamente para salvar la vida de los pacientes en cuidados intensivos.

Desde que la pandemia por COVID-19 llegó a República Dominicana con su primer caso en febrero de 2020, y que fue confirmada por el Ministerio de Salud en marzo de 2020, los profesionales de la salud como la doctora Herrera han estado trabajando sin descanso, a menudo sacrificando su tiempo con sus familias para cuidar a los más necesitados.


“Ha sido difícil desde el principio. Los pacientes llegan de diferentes formas y muchos llegan en estado crítico”, dice. “No hay suficiente equipo ni espacio para la cantidad de pacientes que recibimos”.

“Al comienzo de la pandemia, no teníamos mucha información sobre cómo cuidar a los pacientes.

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), nos brindó orientación nueva y actualizada sobre la atención al paciente”, comparte la Dra. Herrera. “El equipo de médicos tenía más confianza en lo que estaban haciendo después de la formación”.

La crisis del COVID-19 ha ayudado a la doctora Herrera a comprender que la salud es más que la simple ausencia de enfermedad.

 “La pandemia nos ha enfermado emocionalmente. Quienes padecen la enfermedad no solo sufren los síntomas físicos, sino que también sufren una trampa emocional. 

La enfermedad juega contigo. Como médico, no es fácil ver a los pacientes suplicar por aire o escucharlos pedirnos que no los dejemos morir. Es difícil ver morir a muchos jóvenes y luego decírselo a sus familias”, explica. “En mi opinión personal, la salud es la ausencia de COVID-19”.

La labor de USAID en los hospitales durante la pandemia

Hasta la fecha, la USAID ha proporcionado más de US $28 millones en salud, asistencia humanitaria, apoyo para vacunas y financiamiento para el crecimiento económico con el fin de ayudar a la región del Caribe a responder a los impactos de la pandemia por COVID-19. La agencia ha estado trabajando de la mano con el pueblo dominicano para apoyarlos mientras enfrentan los desafíos de este virus mortal. La USAID capacitó a más de 900 profesionales de la salud para brindar atención de alta calidad a los pacientes, entregó equipos de protección personal, y distribuyó materiales de comunicación con información sobre el COVID-19 para ayudar a salvar vidas.



La USAID desarrolló y validó los protocolos clínicos que los profesionales médicos han estado utilizando para ayudar a los pacientes cuando llegan a los hospitales en busca de atención. Además, la USAID ayudó a crear materiales de comunicación para mitigar la crisis; trabajó con unidades de cuidados intensivos en 23 hospitales de todo el país para ayudarlos en técnicas de manejo de casos; y ayudó a proporcionar diagnósticos y tratamientos que salvan vidas a fin de preparar a la República Dominicana y otros países socios para responder mejor a las amenazas de salud mundiales.

Además de proporcionar equipos, la USAID capacitó al personal médico en el uso de ventiladores, lo que se convirtió en una herramienta de alto perfil y que ha salvado vidas durante la crisis del COVID-19. Los médicos que trabajan en la primera línea de batalla también aprendieron los últimos protocolos de salud para tratar a los pacientes con COVID-19 en cuidados intensivos.