Por Gabriel Coplin

 Santo Domingo Oeste.-  En el 1971, una joven de 27 años para perseguir sus sueños de enseñar, realizó un censo para determinar qué cantidad de pobladores del sector La Altagracia, Herrera, no recibían el pan de la enseñanza.

Ella es Patria Pelagia Méndez, una señora de 78 años quien fundó la primera escuela en la referida localidad con apenas unas butacas fabricadas por ella misma con tres “laticas de salsa”, una tabla y un pizarrón viejo regalado.


Con una sonrisa en su rostro confesó que un día por la noche y bajo la lluvia, un exdirector del Distrito Educativo de Santo Domingo Oeste visitó su hogar con un telegrama en la mano y rápidamente le dijo: “Mira, fuiste nombrada para la Escuela Altagracia”. A seguidas ella le contestó, “¿Y la escuela, el local y los pupitres?”; el señor solo le dijo “búsquesela usted como pueda”.

Tras recibir esa respuesta por parte del supervisor, rápidamente buscó un local para comenzar a impartir docencia en los cursos de primero y segundo de básica.

“La historia de esa escuela es única, al lado del Cine Letty había una casita. Con un saloncito grande que todavía no tenía la división, yo la alquilé en diez pesos y la pagaba de mi sueldo. Ubiqué los niños, primero y segundo en la mañana y tercero en la tarde. Hasta desayuno escolar daba”, expresó la maestra con gratitud a este periodista.



Tiempo después y ya nombrada en Educación y cobrando RD$125 pudo trasladar su centro educativo a un lugar “más cómodo y amplio” en la calle Santa Clara #4, todo esto gracias a la Cruzada de Amor (programa de asistencia social de la época) quienes le alquilaron una casa, para que Patria pudiera incrementar la cantidad de estudiantes, conllevando esto a que los grados fueran extendidos hasta sexto de básica.

“El Ministerio de Educación me nombró tres maestros y luego los dueños de la casa comenzaron a decir que los niños les estaban destruyendo la casa y me dije, ahora qué hago”, exteriorizó la educadora.

Manifestó que no tenía mucho tiempo para pensar y de inmediato habilitó una parte de su casa, le echó el plato, preparó el segundo piso e instaló de nuevo la escuela.

En esa nueva etapa dijo que ahí fue que comenzó a “guayar la yuca”, puesto que tenía que trasladarse desde las siete de la mañana hasta las ocho de la noche a San Cristóbal a buscar butacas. En el 1974 con todo ese proceso de cambio la gestión de Gobierno en esa época, comenzó a construir la actual escuela Nuestra Señora de la Altagracia, pero en 1980 con la gestión del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) tuvo que trasladar su lugar de enseñanza al remozado plantel ubicado en la calle Padre Miguelito.


“Ahí la escuela se agrandó y los cursos se extendieron hasta octavo grado. Solo habían cuatro aulas grandes, las dividí en dos cada una y le hice dos puertas. Dábamos clases hasta en la dirección con los pasillos llenos, pero funcionaba perfecta, mis niños tenían que escribir bien, leer bien y saberse su tabla de multiplicar”, exteriorizó doña Patria.

Con total lucidez recuerda que, al momento del traslado, fue con 73 alumnos y al pasar los meses se incrementaron a 2,300.

Fue entonces cuando, en 1986, las autoridades vieron la situación de aglomeración y la gran cantidad de niños, e hicieron el Liceo Eladio Peña de la Rosa.

Relató que durante la gestión de Leonel Fernández, en 1997, jubilaron a todos los docentes que tenían más de 25 años en servicio. A seguidas, expresó que a pesar de su labor de contribuir con la educación dominicana en la actualidad devenga un sueldo de RD$15,000, de los cuales solo recibe RD$9,000 por los descuentos, a pesar de que es licenciada.


Para ella, su mayor satisfacción es cuando los profesionales que pasaron por sus manos caminan por el frente de su casa y le gritan: “¡Patriaaa, esa es mi profe querida! Cuando usted necesite algo llámeme”.
Vida y formación.


Doña Patria Pelagia Méndez cursó sus estudios en el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña recinto Félix Evaristo Mejía con una especialidad en Educación Especial. Más tarde realizó su licenciatura en Educación en la Universidad Pedro Henríquez Ureña (Unphu). Procreó cuatro hijos, tres hembras y un varón; las tres féminas estudiaron para ser maestras al igual que su progenitora.

Con la alegría que la caracteriza, dice que después de su jubilación se ha dedicado a estar con su esposo con quien tiene 58 años a su lado, a regar sus plantas y cuidar a sus nietos en su modesta casa ubicada en la concurrida calle Central del ensanche Altagracia de Herrera.

CLAVES

Plantel actual.

En el recinto donde funcionaba la escuela creada por Patria Méndez están apostados los centros educativos Nuestra Señora de la Altagracia (tanda matutina y vespertina), Escuela Anacaona y el Liceo Eladio Peña (nocturnos).
Específicamente en Nuestra Señora de la Altagracia diariamente se reciben 1,850 estudiantes por la pandemia del Covid-19 en unas 50 aulas que funcionan hasta el octavo grado o segundo de secundaria

Fuente: Listín Diario